En este proyecto, teníamos el reto de convertir una terraza inhóspita interior y sin vistas, en un lugar agradable y que apeteciese estar.

Para ello construimos dos invernaderos acristalados que nos invitaban a una circulación cruzada, uno para zona de descanso y el otro donde se situaba una barra de bar. El paramento donde estaban las puertas de los trasteros pasó de ser un lienzo sin más, a uno de los grandes protagonistas del proyecto, utilizamos unos azulejos hexagonales con relieve y texturas embebidos en un mortero bastardo, todo ello aderezado con las maravillosas plantas de Desert City, el resultado tuvo una gran aceptación del público en esa edición de Casa Decor.